No hace mucho leía el
testimonio de una mujer quien contaba su aterradora historia de abusos y
torturas. Estuvo amarrada a un árbol, sujeta con una cabuya al cuello como si
se tratara de un animal, durante seis meses fue la esclava sexual de un
ejército de insurgentes en el Congo África, quienes la torturaron hasta el
cansancio. Hoy, ya fuera del infierno narra su historia aún con la marca de la
soga que rodeaba su cuello, embarazada y como si fuera poco con SIDA. De todos
los testimonios que leí, éste, fue el que más me impactó, y es increíble que en
este siglo todavía sucedan este tipo de abusos y que ni organizaciones
internacionales y ni los mismos gobiernos ejerzan presión para poner un alto
definitivo al tema de los abusos sexuales donde las mujeres (adultas y niñas)
son las más afectadas.
Pero en nuestro país
las historias de las mujeres y niñas de esta viña del señor no son menos
crueles, a lo largo del conflicto armado colombiano varias generaciones de
mujeres han sufrido múltiples actos de violencia y el reconocimiento de estos
crímenes por parte de las autoridades ha brillado por su ausencia, algunas
veces por falta de pruebas, otras por no denunciar y la que más me causa horror,
por ser un delito excarcelable, en conclusión creo que todas las razones
dirigen a un solo asunto, incompetencia y falta de interés. El sistema judicial
prácticamente es nulo frente a la barbarie que vivimos las mujeres en un país
indolente frente a este tipo de casos, porque aún si no hemos sido víctimas, el
peligro al que estamos expuestas es inminente.
En contra de la
violencia de género faltan mayores y mejores mecanismos tanto judiciales como
educativos que contribuyan tanto a la preservación e integridad de los derechos
de las mujeres como a más acciones en favor de la equidad de género. En
Colombia (según Medicina Legal) los Departamentos con mayor índice de violencia
de género es Valle del Cauca seguido de Antioquia y en tercer lugar el
Atlántico, les siguen Norte de Santander y Cundinamarca. Solo en el primer
semestre del 2013 se registraron en el país 514 feminicidios, mientras que
15.640 mujeres fueron víctimas de violencia intrafamiliar y otros 5.545 casos
por abuso sexual. ¿Cuántos culpables han sido judicializados por cada uno de
esos delitos que acabo de citar?
Frente a este panorama general de
violencia de género, se evidencia que los casos de maltrato contra la mujer son
el pan de cada día. Así, de acuerdo con datos de organizaciones no
gubernamentales, hasta junio de 2012 se registraron 41 casos de homicidio y más
de 2000 agresiones físicas y verbales contra la mujer en la región Caribe.
Hasta junio del año pasado se registraron 18 asesinatos, de los cuales 11 se
han cometido por la pareja o excompañero. Otros casos similares tuvieron lugar
en la ciudad de Barranquilla entre los años 2010 y 2011 cuando se registraron
actos violentos contra mujeres como los del barrio el Rebolo, con 74 casos, y
en el barrio el Bosque con 71 casos. Aún existe impunidad y debe haber mayor
fuerza y efectividad en los mecanismos judiciales tanto para las víctimas como
para el perpetrador. Las víctimas, que en la mayoría sufren secuelas físicas y
sicológicas, todavía no han recibido garantía alguna de que se les hará
justicia. Esos retrasos han causado mucha indignación y cada vez es mayor la
presión para que los culpables de la violencia de género paguen.
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