martes, 30 de septiembre de 2014

LA MÚSICA, UN LENGUAJE QUE MODELA COMPORTAMIENTOS

Uno de los beneficios más referidos sobre la influencia de la música en el cerebro humano, sin duda, es el llamado efecto Mozart, que afirma que los fetos y bebés que escuchan esta música son más abiertos a los estímulos, más concentrados y tranquilos y, de hecho, más inteligentes. Sin embargo, y a causa de la evolución que ha tenido la música desde los años 50, con la llegada de Elvis Presley, los Beatles y otros exponentes del rock and roll, el mundo empezó a ser testigo de un cambio cultural en el comportamiento de los adolescentes, principalmente.
Mientras esto sucedía, diversos estudios en varios países arrojan resultados abrumadores sobre los efectos que tiene cada género musical en el cerebro humano, pero más que los sonidos de una melodía, es el lenguaje el principal detonante. Para comprender lo anterior, es necesario conocer, por lo menos, el significado de la neurolingüística, que es la ciencia que estudia los mecanismos utilizados por el cerebro para facilitar el conocimiento y la comprensión del lenguaje, ya sea hablado o escrito. Aristóteles decía: “la música imita directamente las pasiones o estados del alma”, y fue utilizada por Platón en sus conferencias en el Liceo de Atenas, porque según, influían en las emociones del público.
La música sigue sufriendo grandes cambios, y en este milenio, más que beneficios, el surgimiento de nuevas tendencias musicales despierta la preocupación de una sociedad que observa sin mucho qué hacer, cómo los jóvenes están copiando estilos de vida nocivos para su formación, ya que modifica comportamientos y cambia la prioridad de los valores, dando ventaja a la moda, el ocio y el poder económico. Situación que ha sido beneficiada por los medios de comunicación, ya que sin ellos, estos géneros musicales no estuvieran hoy en los rankings de los más populares.
La influencia no es solo en humanos, también en animales. Hace poco leía en un diario europeo que un zoológico de Londres utilizaba la música reguetón como mecanismo de estimulación para que unas tortugas galápagos (en vía de extinción) se aparearan con éxito, esto se logró después de realizar innumerables estudios. Si esto es posible en seres irracionales, imagínese lo que puede hacer en el cerebro humano. En lo que va corrido de este año, las cifras de embarazos entre niñas de 10 a 16 años aumentaron desmesuradamente. El ICBF está aplicando campañas y estrategias para una mejor educación sexual, pero hasta el momento nadie se ha preocupado por dar control a otros factores que están afectando de igual o peor forma.
Los niños, principalmente en la edad pueril, son muy sensibles al lenguaje de los adultos, y más si es emitido a través de una canción que genera otras sensaciones en el cerebro como el deseo sexual. El poder del lenguaje capacita la medida de influencia sobre uno mismo y sobre los demás, de manera constructiva o destructiva, se convierte en uno de los principales filtros de la realidad personal, ya que expresa identidad, valores y creencias, capacidades y se describen los comportamientos y el entorno. El lenguaje es modelador de las actitudes. Por tanto, todas las personas deberíamos prestarle más atención al lenguaje, porque modela comportamientos.

Así, antes de amenizar la fiesta de su hijo(a) de 5 años con la canción “el serrucho” o “travesura”, piense en los mensajes que ellos reciben a través de los siguientes códigos: “a ella le gusta que le den duro y se la coman”, “se pone putita cuando está bellaquita”. Los comportamientos están modelándose, los estímulos siguen ahí, y son muy pocos los que captan el detalle. El trabajo para mantener la salud mental de nuestros hijos empieza en nosotros, apoyado difícilmente en el manejo que le dé a esto los medios de comunicación; al final de la lista coloco a los reprimidos compositores que insisten en seguir maltratando su ser con letras que lo único que reflejan son una categorización de lo que quieren ser y no son.