viernes, 19 de julio de 2013

DEL VERBO PERREAR



Según el Diccionario de la Lengua Española el término “perrear” tiene tres significados:    1. Quitar con engaño; 2. Menospreciar a alguien; 3. Dicho de un hombre: andar con muchas mujeres.

A inicios de la década de 2 mil, el verbo floreció como jardín en primavera en un género musical que estaba empezando a robarse la atención de muchos: el reggaetón. Sus letras se han caracterizado por utilizar inusitadamente este término, al punto de convertirlo en moda, tanto, que hoy día el estado natural de una buena rumba es “perreando”.

Cuánta sugestión produce en una persona el hecho de bailar una canción cuya invitación es perrear en la cama, en el baile, en la playa, pero lo más triste de todo es que el gerundio, según el mensaje de las canciones, va dirigido solo a la mujer con expresiones como: perrea mami perrea, y la RAE es clara cuando la define especificando “dicho de un hombre…” mas no “dicho de una mujer…”

En la tarea de examinar el concepto personal de algunos cantantes de música urbana encontré un epítome de palabras que analizándolas en profundidad todas giran en torno a una sola cosa, sexo y baile. Algunas de las respuestas concluyen lo siguiente: “irse a la disco a buscar hombres o mujeres”, “para nosotros los reguetoneros es la forma de bailar eróticamente”, “buscar mujeres perras”, “pandearse al momento de bailar”… etc. Lo particular de los anteriores significados, es que son desconocidos para la mayoría de las personas quienes no saben a qué se refieren cuando lo expresan.

Mucho se ha dicho sobre el abuso a la mujer, infinitas marchas y campañas en contra del maltrato de género toman protagonismo en los medios de comunicación. El respeto ha sido reemplazado por la violación a nuestros derechos. En alguna oportunidad discutía este tema con alguien, quien desde su punto de vista afirmaba que la mujer no provocaba sexualmente a un hombre, es más, una mujer podía sin tapujos salir a la calle desnuda y esto no es motivo para que la irrespetaran porque era su derecho a lucir y estar como quisiera. ¿Será que en esta sociedad donde la mujer es la estrategia de venta más grande de la historia podríamos aplicar el anterior concepto sin generar polémica?

Estamos saturados de ver a la mujer desnuda como guerrera sexual en avisos comerciales y publicitarios que tengan o no que ver con su cuerpo; desde un helado, una gaseosa o una simple crema necesita hoy día, según los publicistas, a una mujer desnuda y expuesta en una vitrina de venta, algo en lo que todavía no puedo estar de acuerdo. Lo más penoso es que a la mujer nadie la está obligando a hacer una u otra cosa, con ello quiero decir, que parte de los valores que se han perdido es porque las mujeres lo hemos permitido dejándonos llevar de un modelo erróneo que la sociedad misma nos ha creado. Llevamos más de una década “perreando” al son de los nuevos géneros musicales y aún no nos damos cuenta de los oprobios que acompañan dichas dedicatorias.

Quiero advertir, que no le estoy lanzando dardos a un género musical en especial, en cambio sí a las letras de canciones de toda naturaleza y cultura del mundo, a cuyos autores se le acabaron las ideas arremetiendo con lo primero que se le viene a la mente: sexo y mujeres, expresando frases como: “acércate bandida hagámoslo a escondidas” o “ven nena para fracturarte en la rumba que está muy buena” o ésta aún más romántica “cuando te conocí anoche, antes de que abrieras tu hueco, tenía respeto por ti nena…”

La pregunta es, ¿llegará el día en que nos revelemos unánimemente y exijamos el trabajito de leer a Pablo Neruda? Mujeres, llegó la hora de la emancipación de género, para elevar nuestro cuerpo a patrimonio esencial y único del ser.

 

 

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